Una barba blanca, esa aura de sapiencia, autoridad, superioridad moral. Normalmente un tipo que parece intocable, como un rey constitucional, es el jefe. La voz, la ley, aunque sea con palabras amables, consejos que debes seguir. Un mandato, un orden, la regla.
Estoy cansado del camino del héroe, la definición de héroe, el patrón del que tanto hablan y Joseph Campbell universalizó (es más, fue una gran influencia para su devoto George Lucas y la creación de Star Wars). Pero hay Más. George Dumézil hablaba de la estructura trifuncional de los mitos. Resumiendo, había dioses hombres que representaban la ley, la religión, los putos amos; señoros de barba blanca. Otros eran guerreros, hombres, rudos y fornidos; como los de 300, supongamos. El tercer grupo son las mujeres, diosas del amor y la fertilidad, dueñas de mitos menores y a expensas de la barba blanca.
Dos ejemplos deberían bastar, aunque existan cientos. Los Vengadores originales solo contaban con una mujer, la Avispa, fanática de la moda y enamorada del amor y de Thor (un dios, guerrero). Se hacía pequeñita y no se la veía en la batalla. Viuda negra no mejoró mucho la cosa en pantalla.
La liga de la Justicia va por el mismo camino. Wonder Woman, minifalda y corsé, resolviendo (siempre que se pueda que es nunca) los problemas con el diálogo. De jefe un dios (otro día discutimos wonderwomanianamente si Kal-El es un dios). Y guerreros con mazas, arcos y bat-artilugios alrededor.
Sí, en esta historia hay un señor con barba blanca. De hecho, hay muchos señores con barba blanca.
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